Tour de Oporto al completo con entradas
Paseo en barco, visita a las bodegas, cata de vino y entrada a la catedral

Después de Lisboa, Oporto es la ciudad más importante de todo el país portugués.
Constituido por quince fregueisas (lo que equivale a barrios), esta urbe alberga un encanto especial que acoge año tras año a miles de turistas.
Esta visita tendrá comienzo en el Barrio de Batalha. Pasear por sus calles merece realmente la pena.
Se trata del mundo más alto de la ciudad, teniendo unas vistas totalmente increíbles. En él se encuentra la Catedral de Sé, es la sede episcopal de la diócesis de Oporto. Situada en pleno centro histórico, es uno de los principales monumentos a nivel nacional.
A su vez, también asistiremos a la Estación de San Benito. Caracterizado por tener las predes llenas de azulejos, es considerada una de las estaciones de tren con más encanto de toda Europa. Su inauguración en 1916 daría comienzo a la expansión ferroviaria de Portugal. Por lo tanto, no era más que una respuesta a los avances que se estaban dando en el país en materia de transporte.
Qué ver en Oporto
Este recorrido llevará hasta calles y plazas muy representativas del centro histórico, algunas de ellas son la Plaza de Batalha, la calle Santa Catarina, el Café Majestic, el Mercado do Bolhao y la Avenida de los Aliados.
Uno de los elementos más característicos de Oporto es su buen vino. Por ello, será más que obligatorio realizar una parada en una de las bodegas más famosas de la ciudad. Durante la misma se podrá ver el proceso de realización y una pequeña degustación de esta fantástica bebida.
Posteriormente podrán comer en la zona de la Ribeira en uno de los restaurantes típicos. Entre los platos más destacados está la sopa de legumbres, carne de vino y ajos o salmón a la plancha.
Recorrer el río Duero es todo un ensueño, sobre todo para los amantes de la arquitectura. Por ello hacerlo en una embarcación da lugar a la posibilidad de divisar algunos de los puentes que esta ciudad tiene. Entre los más destacados se encuentran el Ponte das Barcas, Ponte Pênsil o el Ponte María Pia. Todos ellos de una belleza excepcional.
Sin embargo, la visita no acaba aquí. Una vez acabada la travesía en barco iniciaremos un recorrido por Boavista, Serralves y Foz, teniendo como fase final el Castillo del Queso.
Sus fantásticas vistas, motivadas por su ubicación en la costa atlántica de la ciudad, no dejarán a nadie indiferente.
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